El fin de la creación espontánea que venía arrastrando la tradición barroca da paso al criticismo y los historicismos de un lado, y por otro, a ciertas concepciones libres y fantásticas como el caso de Boullée o Ledoux. El exhaustivo análisis de la arquitectura de estos comienzos bajo el trasfondo de ideales históricos, filosóficos y literarios, apoya su tesis en la justificación de los estilos que se han ido sucediendo a lo largo de estos dos siglos, un tiempo de constantes búsquedas e investigaciones que retoma el Movimiento Moderno.