El efecto de la escala no depende de una cosa en sí misma sino de su relación con todo su ambiente o medio; depende del lugar que ocupa la cosa en la naturaleza, de su campo de acción y reacción en el universo. En todo momento la naturaleza se vale de esta escala y en consecuencia todas las cosas tienen el tamaño que le corresponde. Los hombres y los árboles, las aves y los peces, las estrellas y las galaxias tienen las dimensiones que deberían tener, dentro de una gama más o menos estrecha de magnitudes absolutas. La escala de la observación y experiencia humanas está comprendida entre los estrechos límites de centímetros, metros y kilómetros, todo ello medido en términos extraídos de nosotros mismos y de nuestras creaciones.
Sir D’Arcy Thompson, Sobre el Crecimiento y la Forma
El cuarto ejercicio del curso 2011/2012 se ubica en la desembocadura de la ría de Pasajes flanqueado a en su conexion con el mar cantábrico por los montes Ulía y Jazquibel.
Se trata de un pueblo con gran tradición pesquera reconvertido en epicentro industrial. Como consecuencia de ello nos encontramos ante un “problema de escala”; a un lado el tradicional puerto pesquero repleto de casas que preservan el encanto de cuando los bacaladeros las habitaban, al otro un ambiente hostil gobernado por las imponentes gruas.
Pequeñas casas que desaparecen ante la presencia de barcos de carga.
El ejercicio propone dar respuesta a dicho problema de escala, en un solar situado dentro del puerto industrial, ocupado en la actualidad por un edificio de escaso valor arquitectónico.
Se pide resolver 24 viviendas para marineros teniendo en cuenta las necesidades de estos (seis meses de su año transcurren en la mar), una cafetería y un club social.